Novatadas ITI 2006

ITI (Ingeniería Técnica Industrial) son los estudios universitarios que actualmente curso "holgadamente", "sin esfuerzos". Y como ocurre en casi todas las carreras, cada año acuden nuevos estudiantes (aka novatos) dispuestos a darse de bruces contra los cálculos o las físicas (en el caso de carreras como la mía, que no en magisterio). Sin embargo no es lo único que va a rozar sus fauces (y tened en cuenta que este no es un blog porno). Me refiero a abundantes cantidades de productos alimenticios como harina, aceite, tomate, huevos o vinagre. Tales productos mezclados debidamente reaccionan en una explosión de sabores y mayormente olores, que el paladar novatil procurará no catar. Y este acontecimiento se conoce por el nombre de... ¡Las Novatadas! (tatatachaaaannnnnn).

El miércoles pasado se celebraron las novatadas de mi facultad. Se celebraron junto a las de otro grupo mayormente femenino (recordad el dato), que creo que era de ambientales. Todo comenzó como cualquier día, me monté en el coche con Ríchal, Oreja y Pe rumbo a las clases de Pili. Al poco de llegar oímos la noticia de que hoy era el día "D". Sin embargo la clase transcurrió sin ningún alboroto, exceptuando cerca del final, cuando al otro lado de la puerta se oyó una sobrecogedora voz anunciando el holocausto con una frase similar a: "¡Os vamos a pringar!". Pili salió a imponer orden, pero poco calmó esto las almas de los estudiantes.

Tras el ansiado desayuno rutinario, nos pusimos rumbo al lugar de los acontecimientos. Cuando llegamos los veteranos se afanaban por no dejar un lugar limpio en todo el cuerpo de los novatos. Por sus nucas se arrastraron porquerías varias con olores igualmente diferentes. La palma se la lleva el vinagre, la hostia puta como apesta, que par de arcadas me produjeron más saladas... Este año el interés de rociar no es solo por fuera, llenaron varios buches con cerveza o vino de caja, por supuesto calientes, para que tengan más gustillo. En resumen, se formó una porquería humana y cada vez que cambiaba el viento podías oír como todos al unísono gritábamos: "puaaaaajjjjj". Hicieron el típico juego de llenar a una tía con algo que luego se comiera un tío, y viceversa. Eran dos parejas distintas las dos veces. En la primera ronda pude percibir el instinto animal humano viendo como un tío lamía desesperadamente mientras hacía unos movimientos similares a los de la cópula del sapo. La segunda ronda no dejó indiferente a nadie, a mi desde luego me turbó por completo. Él tenía un plátano entre las piernas y aunque unos dicen que le estaba poniendo un preservativo y otros que se la estaba pelando (la banana), yo pude ver entre las cabezas y sin lugar a dudas que la chavala tenía una habilidad pasmosa con la boca. ¡Ay dios mío!, que bien lo hacía, con que soltura se movía, como manejaba la situación... Bueno sigamos con el tema. Al rato apareció Blanca, para que os hagáis una idea, es una chica que carece de amigos, solo tiene novios. Es bastante pija y siembre va a todos lados emperifollada, maquillada y con tacones. La magia surgió en la velada, y un novato seguido de una estela brillante, corrió a ver a Blanca. Llego y la abrazó, se restregó sobre ella compartiendo toda la podredumbre que le rodeaba. Sí hubo risas, carcajadas y descojono general. Nadie regañó al chaval, debido al profundo afecto que todos profesábamos por la "sujeta". Pero la cosa no acabó ahí, le dejaron una camiseta (de hombre, holgada), ya que ella no puede ir por ahí manchada. Pero que aquí tampoco acaba la cosa, la muy puta se la remangó, y se hizo un nudo, enseñando la barriga, la zorra no podía ponérsela normal no, tenía que remangársela como si se tratara de una actriz porno. Es necesario concretar que hacía un poco de frío para que podáis daros cuentas de la magnitud de la ridiculez de al muchacha. Al rato, todos se acercaron a un enorme charco que se forma todos los años, por estas fechas. Hubieron varios revolcones en el agua, alguno fue digno de ver, pero no puede compararse a la batalla campal que se celebró en mi año, donde absolutamente todos los novatos combatimos por la supremacía del charco. Y ahora que estaban todos bien guarritos, se procedió a la tradicional “caza de novatas de otra facultad que andaban por allí”. Este acontecimiento siempre es mágico, como vemos a los novatos de ITI, cual leones calientes ansiosos por palpar las carnes femeninas con la escusa de tirarlas al barro, y por el otro bando, se olía el hedor del miedo de las pobres féminas emulando a gacelas corriendo por salvar su vida. Al más puro estilo National Geographic. Y finalmente como cada año, no se podía permitir que los novatos lleguaran a casa sucios, así que fueron a la “Plaza Del Pirulo” a intercambiar bacterias con el agua estancada de la fuente. Todos jugaban como niños en una piscina, chapoteaban, saltaban, gritaban, se tiraban y nos daban dinero para comprar cerveza. Se percibía en el ambiente los ápices de infancia que iban perdiendo con el tiempo.

Y nada más. Añado algunas fotos que pude tomar en el transcurso del espectáculo. Cabe destacar la foto del “Novato Astronauta” haciendo surf en un carro de la compra, sin desperdicio.