El Socorrisa

10/10/2006 00:38

Bienvenidos queridos amigos. Para esta semana tenía preparado un artículo serio de la hostia, sobre el sentido de la vida, de esos que una vez leídos necesitas urgentemente ir a meditar en compañía de Roca con la tranquilidad del inodoro. Sin embargo, tras la petición de Manu, voy a venderme cual puta para poner algo con un toque de humor (solo un toque porque no soy capaz de darle humor completo). He pensado que voy a dejar la filosofía para un poco más adelante, a ver si consigo aguantar un poco antes de que los pocos que conocen de la existencia de la página dejen de verla.

Ha llegado la vuelta al cole, con lo que mi tiempo de meditación se ha reducido considerablemente, entre clases, biblioteca y copas nocturnas, difícilmente se me ocurren temas con gancho, bueno no puedo echarle la culpa a eso, porque las anteriores entradas no creo que estén en el top ten de internet, pero puedo decir que con este ajetreo mi mente divaga menos de lo normal. Así que he cogido un artículo que escribí un día después del trabajo (31/07/06) en el que rebosaba cólera y mal estar. Espero que les guste:

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Hoy he sufrido otro duro día de trabajo como socorrista en una piscina privada. Al que diga el primer comentario sobre lo cómodo y de puta madre que es el trabajo le rompo la cara. Sí es un trabajo de puta madre, que bien se está a cuarenta grados al sol, con una sombrilla bajo la cual puede hacer sombras chinescas, desde luego parasol no le puedo llamar. Desde luego, prefiero el trabajo de socorrista (en una piscina privada) antes que estar sentado en una tienda con el aire acondicionado dándome en el pecho. Me lo paso bastante bien, y la conversación no es mala, al cabo del día digo varias veces "hola" y "hasta luego", la conversación es tan buena que no me tengo que esforzar en pensar que decir. Después de tanto tiempo perdido, y de tantas tetas observadas (eso no significa que todas sean bonitas), he podido observar comportamientos aislados del bañista,e intentaré analizarlos en las siguientes lineas.

"¡Qué buena está el agua!, ¡pero qué buena está hoy!, ¡hay que ver lo buena que está el agua!. ¿La has probado gilipollas?, ¿Lo primero que haces cuando entras en el agua es abrir la puta boca y saborear lo que entra?. Bueno y ¿qué significa que esté buena?. Yo cuando uso esa expresión me refiero al sabor de la comida, o a las bellas facciones físicas alguna putilla, pero ¿qué relación puede tener con el agua?. Una amiga me comentó que ella cuando usaba esa expresión, se refería a la temperatura del agua, que no impresionaba, es decir, que no estaba demasiado fría, ni demasiado caliente, sin embargo he oído a gente decir eso y continuar hablando de otras características del agua que no tienen nada que ver con lo que decía mi amiga, incluso que lo contradecía. De todas formas todos se empeñan en vocear sin pudor la frasecita nada más pisar el fondo de la piscina.

Aquí va una de contenido médico: "¡Qué buenos son los chorros para la espalda!", que también he oído con una variante: "¡Qué buenos son los chorros para la barriga!", a lo que contesta la amiga: "¡Y para la espalda!". Pues sí, los chorros son cojonudos para la barriga, mejoran la absorción de omega 3 y regulan el nivel de glucosa en sangre. Y para la espalda ya no digamos, no solo recoloca la columna, sino que también agiliza las conexiones interneuronales. Vamos, que los chorros son un lujo al alcance de todos.

No solo las palabras son graciosas, también uno se puede mofar del estilo de natación, que he denominado en un alarde de imaginación braza-rana. Se trata de mover brazos y piernas el estilo braza, pero después de cada brazada dejarse hundir justo hasta que el agua cubra la cabeza por completo, para luego impulsarse diagonalmente hacia arriba y adelante. Esta técnica contradice la ley de que la distancia más corta entre dos puntos es la linea recta, es fácil imaginar por qué. Sin embargo, la técnica no es nada fácil, yo he intentado practicarla, pero me cuesta una barbaridad hundirme después de la brazada, ¿como lo harán?.
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*Lo de putilla es solo una gracia entre hombres, sabéis chicas que yo os trato bien, espero que comprendáis y toleréis mi vocabulario, ya que no tiene intención ofensiva.
Bueno, también quiero aclarar que tampoco es que el curro sea como una torsión testicular, pero el aburrimiento es extremo, y el estrés de pensar en todo lo que tengo que estudiar no hace el asunto más agradable. Cuando acabé los exámenes los días fueron mucho más llevaderos, también porque hacía menos calor y no bajaba nadie a la piscina, con lo que me pegaba el día leyendo en el botiquín. De todas formas, 8 horas de soledad no se llevan bien. Se echa mucho en falta compañeros de trabajo y quehaceres para sentirte un poco útil.

¿Y vosotros qué? ¿Como han sido vuestros trabajos? ¿Qué quejas tenéis? ¿Habéis pateado los huevos de vuestro jefe alguna vez? ¿Alguna actividad que os haga sufrir y tengáis que realizar sin remedio?

P.S. No seáis cabrooooones y escribidme algo despues de leerlo, haced que me motive un poco, no vale con que cuando me veáis me digáis "jajaja que bueno" esforzaos un poquito igual que lo hago yo, que se agradece mucho. Y los cabronazos-as que ya habéis leído entradas anteriores comentadlas también, que me hace ilu....