miércoles, 29 de noviembre de 2006

Jueves night

El jueves pasado salí, de los últimos que me quedan por este año, aunque espero que sea el penúltimo (queda el día del estudiante, también conocido como el día del borracho), ya que hay muchas obligaciones que cumplir.

No quería en un principio, pero la carne es débil, y uno también tiene que darse un capricho de vez en cuando. Además me hacía falta despejarme un poquito, que últimamente, mi vida gira en torno a los estudios y a cuatro actividades de ocio más, y la parranda y el trato con los amigos están quedando algo relegados. Sin ir más lejos, el sábado pasado llegué a casa a las 4:30. Pero ¿en qué mundo se recoge la gente a esa hora? Mi madre se asustó cuando me vio llegar, pensó que estaba malo, que me habían atracado, o que había matado a alguien. Cualquier escusa no le bastaba como razón para que llegara a horas tan tempranas.

Siguiendo con el tema de este jueves, fue una noche un tanto peculiar. Después de las primeras copas, nos fuimos a cenar al piso de unas amigas. No se por qué, pero he cogido fama de tragón con estas muchachas. Veo un trozo de pizza ahí solito en el plato, y pienso: él no lo haría, no me dejaría pudrirme en la basura. Así que voy y me lo como. Nos comimos tres pizzas entre los cinco que estábamos. Una de ellas era barbacoa y la otra tex-mex y su esencia nos estuvo acompañando durante un tiempo, aflorando periódicamente a lo largo de la noche.

Conocí el auténtico significado de pesadez. Él tío más pesado del mundo, con el agravante de varias copas encima, hacían de él una máquina capaz de machacar la paciencia del más sereno. Llamó varias veces a una de las muchachas que estaban con nosotros, hasta que consiguió venirse. Aunque ella lo negara, tenía cierta curiosidad por El Pesadilla, la justa como para hablar con él solo cuando no tenía otra cosa que hacer. Era el típico juego, en el que solo jugaba ella y por supuesto, no podía perder. Sin embargo el otro pobre era la parte principal del juego. La noche tuvo grandes dosis de cultura, como si de un diccionario se tratara conocí el significado de otro concepto: La afonía. A El Pesadilla le acompañaba El Ronco. La única forma que tenía de comunicarse era por medio de sonidos guturales. Si hubiera utilizado eructos en vez de lo que quedaba de sus cuerdas vocales, la comunicación habría sido igual de eficaz, y al menos su garganta estaría más descansada al día siguiente.

Fuimos a Colonial, un sótano en el que ponen música y uno de los garrafones más dañino de los que he probado. Era increíble, una vez mezclado con Coca-Cola, seguía desprendiendo el mismo aroma especial que acariciaba fosas nasales con pasión. En caso de incendio, el lugar estaba perfectamente acondicionado para que la totalidad de sus ocupantes la palmaran sin posibilidad de escape. Cuenta la leyenda que el concepto de “ratonera” fue ideado basándose en este lugar. La verdad es que es cutre de cojones, sin embargo allí acude una buena cantidad de pijos. Aunque por supuesto, no todo es malo, la despampanante camarera que me sirvió el “cock-tail” lucía bajo la camiseta dos obras de arte, pero dudo que estén firmadas por la mano Dios.

Finalmente, acabamos en el piso de nuestras amigas, echando unas cabezadas en los sofás (Julichi en uno de dos plazas y yo en uno de tres) mientras esperábamos a que un colega a que terminara de debatir con una de las dueñas sobre misterios de la vida y la naturaleza. De repente, abro un ojo, y me encuentro a Julichi andando de un lado a otro y cojeando, y me dice: “Tío, me ha dao una medio trombosis en la pierna de dormir aquí”.

Tras el magnífico autodiagnóstico del hombre, llegó el que faltaba, y nos fuimos a casa, que ya era hora.

¿Y vosotros que hicisteis el jueves? ¿Habéis conocido alguna vez el nivel de ronquera del que hablo? ¿Sabéis autodiagnosticaros con el mismo ingenio que Julichi?

3 comentarios:

marusita dijo...

hola, no se como ni por que pero e llegado a esta pagina,mi sorpresa a sido doble cuando al leer lo sucedido el jueves night me quedo pretrificada al ver que no soy la unica persona en este mundo que me pasan esas cosas,jajaja,bueno me llamo saray,tengo 24 años y soy de caceres,nada solo queria decirte que aparte de que este buenisimo,perdon por la indiscrepción,se te ve muy majo,la verdad,bueno ojala nos conocieramos y hicieramos amistad,mi mesenger es captivia@hotmail.com.un besito muy grande guapisimo.muak.

Anónimo dijo...

Antoñitooo, amor mio quien es la pendeja de arriba? no vayamos a tener tonterias ehh¿ Pues eso amor que he estado pegandome una vueltecilla por la pagina y me ha gustado mucho, es una buena manera de descargar tu ira contra el mundo pero un ordenador nunca te comprendera como yo,lo sabes. Pues eso mi dulcineo que tu sabes que la chaqueta era practicamente igual y que la tia muy espabilada no era hubiese dicho desde el principio que era suya. Ahí te dejo una paginilla que lo mismo te da alguna idea para que escribas algo http://www.informatica7.es/Document/murphi.html,
me quedo con la frase "Nunca pienses que ya no podrás caer más bajo", voy a exacarvar yo el fondo sabes? Un beso como un castillo y un te quiero de los de verdad. muuuaaak

Anónimo dijo...

ah! q soy la Debelá