Espontáneos

Espontáneo: Persona que por propia iniciativa interviene en algo para lo que no tiene título reconocido. De las acepciones que nos brinda el diccionario de la RAE, esta es la más adecuada para el tema que nos concierne.

El mundo audiovisual está lleno de ellos. Todo el mundo ha visto alguna vez en el telediario, como algún señor de cuerpo similar al de un cerdito en las puertas del matadero juega al corre-que-te-pillo con señores de uniforme en partidos de fútbol. Aunque a alguno le sorprenda, estos personajes no destacan por sus cuerpos turgentes, ni tan siquiera por mostrarlos, sino por aparecer en lugares restringidos. Y siguiendo con las sorpresas, a estos individuos lo que realmente les “pone” no es entrar en lugares en los que no se les permite estar, sino que en esos lugares hay cámaras de vídeo y flashes disparando a cualquier anomalía digna de mostrar. Es su momento de estrellato.

Lo que yo quiero comentar es el estrellato a pequeña escala, más concretamente, a mi escala personal, y a partir de ahora a la vuestra también. Quiero compartir con vosotros grandes retratos y grandes momentos protagonizados por grandes señores. Empecemos por el final:



Fíjense que belleza, que porte, cuanta clase en vuestra pantalla. Bien, dejen de mirarme y muevan la vista a la esquina superior izquierda. Es él. Vean que pinta de torero, observen lo que susurra con la mirada, como se intuye que pocos segundos después sentirá la satisfacción de la fama.
Espontáneo1, estés donde estés, que sepas que te quiero. Si me ves por la calle, salúdame. Si quieres pegarme, no hace falta que te acerques a mi.

La siguiente fotografía contiene violencia explícita que puede herir la sensibilidad de más de uno. Rogamos a menores y personas con dolencias del corazón se abstengan de seguir con el artículo.



¿Creíais que Resident Evil era solo un juego? Pues no, los zombis existen, he aquí la prueba. En la feria de Zafra un zombi estuvo a punto de comerme, “¡el mu cabrón!”. Mirad su expresión inhumana. Su sed de sangre se refleja en sus ojos, el rostro inexpresivo hiela la sangre del más osado. Es el auténtico mal de ultratumba, cuyo único propósito es muerte y destrucción.

Cabe destacar de las fotos, como en la última (que es anterior a la primera) muestro la dentadura sin pudor, y como en la primera mi sonrisa es más discreta, como si escondiera algo... el que haya leído entradas anteriores sabrá el qué. Por cierto, yo soy el que en la primera foto está en medio, con la camiseta de yo.

P.S. Pon un comentario del artículo en menos de diez minutos, o esta noche el zombi entrará en tu cuarto y te comerá empezando por abajo.